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Este articulo ha sido traducido con permiso de FAIR LDS por: Mario Rodolfo Montani y redactado por Alberto Barrios
Los críticos proclaman que El Libro de Mormón menciona animales que no pertenecen al entorno de un Nuevo Mundo precolombino. Citan esto como evidencia de los errores introducidos por José Smith y que revelarían su fraude. Los ejemplos más a menudo atacados incluyen:
Cierta burla se produce también a expensas de dos animales desconocidos, cuyos nombres no tienen traducción:
En primer lugar, no deberíamos rechazar la posibilidad de un “préstamo sustitutivo”, en el que el nombre para una especie conocida es aplicado a nuevas especies. Este es un fenómeno bien constatado – por ejemplo, los Amerindios denominaron ‘ciervos’ a los caballos europeos en su primer encuentro con ellos. El ejemplo clásico, por supuesto, es el hipopótamo, nombre que los griegos dieron a un animal que caracterizaron como “caballo (hippo) de río (potamus). Aquellos críticos que se burlan deberían preguntarse cómo podría alguien confundir un hipopótamo con un caballo – la respuesta, por supuesto, es que los griegos sabían perfectamente que el hipopótamo no era un verdadero caballo, pero el nombre se impuso.
Además de estas consideraciones, algunas de las especies ‘ridículas’ pueden no ser tan extrañas como pretenden los críticos
La única clave sobre el rol del “asno” en la sociedad nefita proviene de Mosiah 12:5 y Mosiah 21:3, en las que aquellos en cautiverio llevan cargas como “mudos asnos”. Otras menciones se dan en 1 Nephi 18:19 y Mosiah 5:14, mientras que Mosiah 13:24 es una cita de los Diez Mandamientos. “Asno” ha sido sugerido como préstamo semántico del tapir, al cual muchos han descripto en términos decididamente equinos.[1][2] Puede agregarse que algunos modernos entusiastas del tapir señalan la incapacidad de los tapires para criarse en rebaños (por no tratarse de animales de rebaño, tienden a pelear), pero “la gente de los territorios nativos del tapir mantiene ejemplares aislados para engordarlos y utilizarlos como alimento, aunque... algunos son bastante salvajes y otros pueden llegar a ser extremadamente peligrosos... Son grandes, pesados y fuertes, con poderosas mandíbulas y dientes, pudiendo movilizarse muy rápidamente"[3] Un reciente informe gubernamental indica:
El tapir es dócil frente al hombre y por tanto su manejo es relativamente fácil. Un indígena describe al tapir del siguiente modo: “Es un animal muy sociable. Tomado de pequeño uno puede fácilmente domesticarlo; sabe cómo comportarse cerca de la casa; va a alimentarse a la montaña y luego regresa para dormir cerca del hogar.” [4] Pareciera que al menos un rol limitado para el tapir no debería descartarse de la discusión, ya sea como fuente alimenticia (El tapir constituye entre el 7 y el 10% de la dieta en la Amazonia rural[5]o como potencial bestia de carga a pequeña escala (dada su fuerza). Charles Darwin aún observó que los tapires en las Américas eran domesticados, aunque no tendían a reproducirse en cautiverio [6]Este hecho podría explicar la relativamente poca frecuencia de su mención en el Libro de Mormón.
Mayor información sobre las abejas del Nuevo Mundo en un contexto doméstico puede hallarse en F. Padilla, F. Puerta, J. M. Flores and M. Bustos, "Bees, Apiculture and the New World," en Archivos de zootécnica, 41/154 (1992-extra): 563–567. PDF link
Como ocurre con muchos animales en el Libro de Mormón, es probable que estos términos del Libro de Mormón provengan de reasignar nombres familiares a elementos desconocidos.... Los indios Miami, por ejemplo, desconocían al búfalo y simplemente lo nombraron “vaca salvaje” De modo similar, el “explorador DeSoto llamó al búfalo “vaca”. Los indios Delaware nombraron a la vaca como su denominación para ciervo, y la tribu Miami bautizó a la oveja al verla por primera vez como ‘la-que-se-parece-a-la-vaca’” [8][9]
El único lugar donde los elefantes son mencionados en El Libro de Mormón es enÉter 9:19 aproximadamente en 2500 A.C. De modo que ningún elefante que existiese sobre el continente Americano tiene que necesariamente haber sobrevivido después del 2400 A.C. ...Además de las tradiciones, cinco esfinges de elefantes han sido encontradas en el México antiguo. El Dr.Verrill, un muy conocido arqueólogo (no-mormón) describe una de esas figuras como “tan sorprendente y obviamente elefantina que no puede ser explicada por ninguna de las teorías ordinarias de que pueda tratarse de un tapir exagerado, un oso hormiguero o un guacamayo. La figura no sólo tiene una trompa sino que, adicionalmente presenta las grandes orejas en forma de hoja y las rodillas que flexionan hacia adelante tan peculiares de los elefantes. Más aún, muestra un peso o carga sobre su lomo. Es inconcebible que alguien haya imaginado una criatura con las orejas batientes y las peculiares rodillas de un elefante, o que algún ser humano haya estilizado un tapir a ese extremo”...
Las tradiciones orales, registros escritos y obras de arte mostrando elefantes establecen una fuerte base para la posición de que existieron elefantes en la antigua América. Un apoyo aún más sustancial – restos reales – también se ha descubierto. Hoy en día todos los estudiosos están de acuerdo en que los mastodontes y mamuts (incuestionablemente elefantes para los zoólogos) vivieron una vez en las Américas. La disputa existente es hasta cuándo vivieron. De acuerdo al libro de Mormón no necesariamente debieron vivir con posterioridad al 2400 A.C.. La evidencia arqueológica de años recientes ha demostrado que el elefante pudo haber sobrevivido hasta fechas tan tardías como esa. Huesos de mastodonte cazado se descubrieron recientemente en un sitio arqueológico que data de la época inmediata posterior a Cristo. Otro sitio, datado aproximadamente en 100 A.C., ha sacado a luz restos de un mamut, un mastodonte y también un caballo.[10]
Para resumir, el elefante no representa un problema para el Libro de Mormón
Como ya se ha mencionado, no deberíamos rechazar la posibilidad de un “préstamo sustitutivo” – bajo esta interpretación las especies candidatas para “caballo” incluirían al tapir, el ciervo .[12]
De todos modos, el caso en contra de los caballos precolombinos puede que no esté tan “blindado” como los críticos asumen:
Algunos han argumentado que los restos de caballo deberían estar mejor constatados si es que jugaron un rol en la sociedad nefita. De todos modos, debe recordarse que los caballos no juegan un rol importante en el Libro de Mormón. Se los menciona en los siguientes contextos:
Citas de escrituras del Viejo Mundo
Enseñanzas apocalípticas al estilo del Viejo Mundo.
Caballos en el Nuevo Mundo
Usados conjuntamente con carros
(Debe notarse que no se nos dice si estos carros servían para ser montados, o si eran para el transporte de mercaderías, o si cumplían una función ceremonial. Uno asume cierto tipo de practicidad ya que los carros son llevados a un asedio en 3 Nefi)
Rol en la cría de animales
Es interesante que los caballos son a menudo agrupados con el ganado, por lo que parecieran haber jugado un rol en la dieta (aunque esto pudo ser bajo las exigencias del asedio de 3 Nefi)
Llamativamente ausente es el rol del caballo en los muchos viajes registrados en el Libro de Mormón. Tampoco parecen caballos y carros jugar un papel en las guerras nefitas; esto en contraste con los relatos bíblicos, en los que los carros de Egipto, Babilonia y los Filisteos son super-armas temidas sobre las planicies de Israel.
No se ve un rol para el caballo en las galantes cargas de caballería que eran el ideal guerrero romántico en los días de José Smith. Ni hay el menor signo de la rápida guerra de maniobras y escaramuzas promovida por las caballerías de las naciones occidentales. Estos no son los caballos de las realidades prácticas del siglo diecinueve ni de sus fantasiosos sueños.
Ha habido sociedades para las cuales el caballo era vital, como entre los guerreros Hunos de Asia y Europa Oriental, para quienes los caballos eran un signo de riqueza y estatus, así como esenciales para la alimentación, el vestido y la guerra. Sin embargo, no existen a la fecha huesos de caballo de ese período en los registros arqueológicos.[14]
Si los cientos de miles de caballos que poseyeron los Hunos dejaron poca o ninguna traza, puede ser no tan sorprendente que poco se haya encontrado en América, dado que el rol para los caballos en el Libro de Mormón es mínimo. Irónicamente, ¡hay más evidencia de caballos en Mesoamérica que entre los Hunos!
Además, “todos saben” que no había caballos en América antes de Colón. José Smith habría entendido esta creencia común. Si estaba tratando de perpetrar un fraude, ¿para qué incluir un elemento sobre el que todos habían escuchado, especialmente cuando juega un rol tan pequeño en el libro?
Los “cerdos” son mencionados dos veces en el Libro de Mormón: una en 3 Nefi 14:6, en donde el Señor usa el término de manera figurativa, y otra en Éter 9:18 donde son descriptos como animales útiles para la alimentación. Algunos críticos han ridiculizado la sugerencia del Libro de Mormón de que los cerdos se utilizaran como alimento (debido a las restricciones dietarias de la Ley de Moisés), pero debe tenerse en cuenta que la historia contenida en Éter se desarrolla antes de la Ley Mosaica. Otros críticos han señalado que los cerdos eran desconocidos en el antiguo Nuevo Mundo... Sin embargo, los primitivos americanos sí tuvieron un cerdo autóctono. Los aztecas lo llamaron pizote, “que básicamente significa glotón” nombre a menudo aplicado al pecarí o cerdo salvaje. “Con respecto al pecarí” observa Sorenson, “dos términos en nahuatl quauhcoyamet y quahpizotl se desarrollaron después de la conquista para distinguir las especies nativas del cerdo de Castilla...”[Sorenson, An Ancient American Setting, 290.][15]
Estos nombres son términos jareditas sin traducción. Se han sugerido una variedad de animales potenciales, tales como las llamas, alpacas, mastodontes, u otros mamíferos del Pleistoceno.[16]
Sin mayor información disponible, uno no puede considerarlo un golpe contra el Libro de Mormón. Algo interesante es que, si José Smith estaba inventando el Libro de Mormón, esta era una ocasión de dejar correr su imaginación, y sin embargo ninguna descripción de las extrañas bestias nos es dada (aunque para el modelo de producción fraudulenta, sí se tomó el trabajo de nombrarlas)
Podemos bosquejar las siguientes conclusiones tentativas:
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